“Cinturón blanco” llega para adentrarnos el nuevo universo al que Jorge Drexler nos llevará a partir del 22 de abril con su próximo disco Tinta y Tiempo. Un universo construido desde la dificultad y la incertidumbre de los meses más duros de la pandemia y el confinamiento, pero en el que, como un revulsivo, nos transporta a un imaginario luminoso y lleno de esperanzas.
Un disco que, según el propio Jorge, ha sido “el más difícil de su carrera”. Entre otras causas, porque la reclusión domiciliaria privó a artistas como él de la oportunidad de testar sus creaciones con otros: “Descubrí que no se escribe solo. Que hasta que no compartes con otra persona, no eres capaz de medir la naturaleza de lo que has compuesto”.
Y en parte de eso trata Cinturón blanco, la canción que Drexler presenta hoy. De rebobinar, volver al punto de partida, reiniciarse. Cinturón blanco, que es una canción de amor, está basada -según el propio Drexler- en una historia que le contaron acerca de una escuela de artes marciales, en la que el aprendiz comienza aprendiendo todo con el cinturón básico, el blanco. Tras años de práctica y estudio, llega a la maestría técnica y recibe el cinturón negro. Sin embargo, una vez conseguido el grado máximo, vuelve a recibir el cinturón blanco. Hay que desaprender todo nuestro bagaje para alcanzar la excelencia. Para, con nuestra sabiduría y carga, intentar volver a ser principiantes con un cinturón blanco, o como canta el uruguayo:
Rebobinar hasta aquel inicio,
hasta el mismo precipicio
por el que caímos juntos.
Para empezar tú y yo, de cero
como hace tanto, tanto…
hasta que nos den a los dos, de nuevo
el cinturón blanco.
Cinturón Blanco sorprende desde el inicio por su musicalidad gracias a la presencia de la orquesta, con arreglos y dirección de Fernando Velázquez e interpretación por la ORCAM. Esta presencia será una constante en el álbum Tinta y tiempo. Completa la parte musical la banda que acompañará a Drexler en su próxima gira de presentación.
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