La noche del 31 de octubre, el Lunario del Auditorio Nacional se llenó de aplausos y emociones en un concierto muy esperado: el regreso de DENISE DE KALAFE a los escenarios tras ocho años de ausencia. Con un público entregado, la cantautora brasileña demostró que su talento y su conexión con sus seguidores siguen intactos.
El recital inició con la voz de DENISE interpretando Vivir, resonando en el recinto antes de su aparición en el escenario. Una vez que se hizo presente con el tema, Quiero Gritar, el entusiasmo de la audiencia era palpable, y la artista correspondió con una energía intensa, abriendo su presentación con una fuerza innegable.
A lo largo del show, DENISE DE KALAFE no solo repasó su extenso repertorio, sino que también ofreció momentos de cercanía y gratitud al público. Al interpretar La Vida No Es un Mar de Rosas, en un acto de humildad, ofreció disculpas por su prolongada ausencia, un gesto que conmovió a todos y dejó en claro cuánto había echado de menos el escenario y a su público. La presentación de su equipo de trabajo y músicos fue otro toque especial, destacando el talento detrás de escena.
Entre los momentos destacados de la noche estuvo Alma Primitiva", canción que dedicó a Beatriz Paredes, quien se encontraba presente entre la sala. Luego, continuó con Espero que la Soledad No Me Traicione y con Amándote, dos baladas que resonaron con intensidad en el recinto.
Uno de los momentos más únicos fue la interpretación instrumental de La Chica de Ipanema por parte de los fabulosos músicos que la acompañaron, mientras DENISE DE KALAFE cambiaba de vestuario. Este interludio musical añadió una chispa de sofisticación y rendía homenaje a sus raíces brasileñas.
Al regreso, DENISE DE KALAFE interpretó un set especial al piano, en el que ofreció temas como Olvidarte, No Me Dejes Ir y Ni Tú Ni Yo, mostrando su lado más íntimo y melódico. Su voz y la calidez del piano crearon una atmósfera nostálgica que encantó a los presentes.
La sensibilidad y las emociones se entretejían con sus interpretaciones de Sortilegio, El Asunto, y El Amor, Cosa Tan Rara.
De pronto, DENISE DE KALAFE se apoderó personalmente del piano para interpretar una de sus canciones más icónicas, Quiéreme Más, que desató un torbellino de emociones que la llevaron a conmoverse hasta las lágrimas.
Y Después del Amor fue otra de las sorpresas de la noche al invitar al escenario a la legendaria Olga María para hacer una excepcional versión a dueto.
El clímax seguía en ascenso con la interpretación de El Porqué de Mi Canto y, por supuesto, su más grande himno, Señora, Señora que, desató sendas ovaciones, cosa que provocó que DENISE DE KALAFE hiciera un espontaneo reprise del tema, bajando del escenario y recorriendo todo el aforo del Lunario mientras cantaba entre el público, una experiencia que pocos artistas logran con tanta naturalidad y conexión. El público coreaba cada palabra, se tomaba fotografías con la intérprete, la abrazaban, la besaban y la celebraban recordando el impacto que esta canción ha tenido en generaciones.
Posteriormente, y nuevamente en el escenario, DENISE DE KALAFE interpretó un popurrí mexico-brasileño incluyendo Un Pato, El Son de la Negra, Brasil, y México Lindo y Querido a manera de despedida de la velada.
Ante la contundente insistencia del público por disfrutar más de esa noche que ya se ha vuelto inolvidable, DENISE DE KALAFE regresó al escenario para interpretar Es Nuestro Amor, cerrando la noche con un mensaje de cariño y agradecimiento. La ovación de pie y los rostros emocionados de los asistentes reflejaban la intensidad de una velada inolvidable, donde la nostalgia, la celebración y el talento se entrelazaron perfectamente en uno de los regresos más significativos del ámbito artístico.
El concierto Quiéreme Más, de DENISE DE KALAFE, es una producción de Brenda Salayandía, a través de MainStage, y de Rossy Pérez Navarro, a través de Consecuencias.
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