A partir de este 9 de noviembre, los fans de Ismael Serrano podrán disfrutar de una experiencia musical única gracias a su nuevo material discográfico:Todavía, un exclusivo e íntimo recital grabado totalmente en vivo. Para este show el madrileño se armó únicamente de su guitarra para interpretar doce de sus más especiales temas al que sumó una canción inédita. Con este formato Ismael demuestra una vez más la sensibilidad que acompaña a su voz y a sus letras. Es por ello que, para el lanzamiento, el propio artista preparó un especial texto de presentación:
Todavía,
Por Ismael Serrano:
Todavía. Casi pronuncio en voz alta el adverbio cada vez que el vértigo me asalta justo antes de salir al escenario, esa extrasístole que sacude nuestro pecho mientras el público aplaude, parecido al delirio de quien, ensordecido por el mar, grita en lo alto del acantilado.
Escribir canciones es una suerte de diálogo con uno mismo. Y, a veces, de madrugada, me sorprendo conversando guitarra en mano y entonces el futuro se aplaza y, aunque las cosas no tienen el carácter definitivo que tenían cuando éramos más jóvenes, hay algo de urgencia en las declaraciones de amor y algo implacable en el aullido que sale de mi garganta.
Sólo soy un músico, un niño asustado que necesita sentirse escuchado, incapaz por sí solo de lidiar con sus miedos, un tipo de cuadro clínico complejo que no sabe estar solo, que no quiere marcharse. Y todavía la música sigue siendo esa terapia que me rescata del naufragio.
Tras editar Hoy es siempre, un concierto con una gran banda y con una gran puesta en escena, necesitaba volver a la raíz. Nunca había tenido la oportunidad de grabar un recital guitarra y voz, la esencia del oficio, la manera más honesta de defender las canciones, la más difícil.
Convoqué a algunos amigos en una casa cerca de Tigre, provincia de Buenos Aires, junto al delta del Paraná. La idea era compartir una guitarreada en la que hacer repaso de esas canciones que no siempre están en mi repertorio, pero que son retazos de mí que aún tienen vigencia, de los que me cuesta desprenderme, aunque no siempre les demos el espacio que merecen en los conciertos.
Y así transcurrió el día. Sonará de fondo, en el disco, el estruendo de zorzales, tordos, benteveos y otros pájaros que, por la tarde, vigilaban entre la arboleda. Al llegar la noche las aves callarán, pero detrás de las melodías podrás escuchar al viento meciendo las copas, alguna lluvia tímida cayendo sobre el tejado de chapa, el rumor último del día que acaba.
Soy un tipo con suerte. La precariedad en este trabajo coloca una espada de Damocles sobre nuestras cabezas, a la que miramos inseguros cada que vez que sacamos un nuevo disco. Así que cumplir 20 años viviendo de lo que me apasiona es un privilegio para el que me faltan palabras de agradecimiento.
El disco contiene una canción inédita que se titula “Crucé un océano”. Comienza así:
“Crucé un océano buscando una canción,
una palabra que iluminara el hueco que dejaste vos”.
Arrogándome el derecho a vosear después de tanto tiempo a ese lado del océano, hablo del fin último de algunas canciones. Volviendo a Machado,“se canta a lo que se pierde”. Y al día de hoy, todavía, las canciones me permiten llenar ese vacío que deja a veces alguna ausencia o la visión de un mundo desigual. Y por eso no pierdo la esperanza y me siento vivo.
Gracias, todavía, por ser siempre.
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